MITT da un salto de gigante al irrumpir en el segmento gran turismo con la GT-K, una moto confortable y tecnológica, equipada con un motor bicilíndrico de 730 cc, perfecta para recorrer kilómetros y kilómetros con el máximo placer.
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La marca española perteneciente a Jets Marivent sube la apuesta con este nuevo modelo repleto de equipamiento de primer nivel. La MITT GT-K encarna a la perfección el concepto de moto turística sin renunciar a ningún elemento que pueda aportar la mayor comodidad a los mandos. Y lo hace sin descuidar la faceta dinámica gracias a sus componentes de calidad.
La MITT GT-K llama poderosamente la atención por su diseño, protagonizado por unas líneas sofisticadas y envolventes, con una parte frontal que es garantía de una excelente protección para los ocupantes y donde encontramos una llamativa triple óptica LED. Además cuenta con un parabrisas panorámico que puede regularse en altura e inclinación de forma eléctrica.
Los semimanillares elevados son otro rasgo importante que garantiza un buen control de la moto y a la vez una postura confortable, junto a un asiento de amplias dimensiones y muy accesible para conductores de cualquier talla con tan solo 780 mm. de altura sobre el suelo. Y lo mismo para la persona que va detrás, pues encontrará un espacio amplio y cómodo, con facilidad para sujetarse a la perfección gracias a su estructura trasera, sobre la que puede instalarse un baúl. Por si esto fuera poco, la MITT GT-K también ofrece puños y asiento delantero calefactable.
Es muy importante en este modelo la tecnología, un factor clave y más cuando hablamos de motos pensadas para un público muy exigente. Por eso no le falta una pantalla TFT de grandes dimensiones repleta de información y con la posibilidad de conectar el teléfono móvil mediante tecnología "mirrowing", que permite reflejar la información de la pantalla del dispositivo en la de la propia moto. Para cargar cualquier accesorio, cuenta tres tomas de corriente: USB, UBS-C y otra de 12 voltios.
Otro elemento que no puede faltar en una moto tan sofisticada es la llave de proximidad, que añade comodidad al no tener que sacarla del bolsillo para poner la moto en marcha, abrir el tapón del tanque de combustible, activar el sistema de bloqueo antirrobo e incluso abrir o cerrar las maletas laterales, que cuentan con una capacidad unitaria en torno a 20 litros cada una.
En cuanto al motor, se ha apostado por un propulsor de dos cilindros con 75 CV de potencia que se entregan a 8.500 rpm. Se anuncia un consumo de 4,6 l/100 km, que asegura una excelente autonomía gracias al depósito de combustible de 24 litros. Además está dotada de un elemento importante para la seguridad activa como es el embrague antirrebote, que además suaviza las operaciones desde la maneta.
La parte ciclo está basada en un bastidor doble viga y basculante de aluminio, junto a unas suspensiones y unos frenos de alto nivel: el delantero está formado por un doble disco de 298 mm con dos pinzas Brembo de anclaje radial junto a una bomba también radial de la misma marca que aseguran una frenada de primera categoría en alianza con un avanzado sistema antibloqueo de Bosch.
La horquilla es invertida con barras de 41 mm y 80 mm de recorrido ajustable en compresión y extensión. El amortiguador trasero está ubicado en posición horizontal, funciona mediante un sistema progresivo de bieletas y cuenta con una botella de gas separada. El recorrido es de 80 mm y se puede regular en precarga. Los neumáticos que calza son unos Pirelli Angel GT para apuntalar su buen rendimiento dinámico.
El precio de la MITT GT-K es de 11.945 euros, situándose como la única moto gran turismo del mercado en este rango económico.